Las voces del Parto Respetado en la Argentina

Por, Ana Laura Voarino, Doula, Preparadora prenatal, Asesora en Lactancia Materna

Cuando hablamos de parto respetado hacemos referencia a aquel donde se acompaña amorosamente y con mucha paciencia los tiempos fisiológicos de cada nacimiento, considerando que cada mujer y cada nacimiento es único y sagrado; donde el equipo de salud respeta y garantiza las elecciones, emociones, creencias, pautas culturales e identidad de cada mujer que está dando a luz.  Hoy en día, esto no es común en hospitales públicos, maternidades ni en clínicas privadas. Aunque la Organización Mundial de la Salud declare que los partos  de bajo riesgo no deben ser intervenidos  – los partos de bajo riesgo son considerados alrededor del 90%- hoy en día es moneda corriente realizar prácticas rutinarias que

al no ser necesarias pasan a ser violentas, invasivas y traumáticas dejando una marca -tanto física como psicológica- en esa mamá y bebé.

Hoy en día vivimos en una sociedad de alto consumo tecnológico y a un ritmo aceleradísimo de vinculación con lo exterior y esto se ve reflejado en nuestra relación con el Todo –naturaleza, personas, objetos- provocando un efecto contrario a lo que se pregona desde las marcas comerciales: estamos incomunicados, dormidos y desinformados.

Esta era  tecnológica ha atravesado a todas las disciplinas, escabulléndose  junto a la ciencia en los procesos naturales de la vida tratando de controlarlos, manipularlos y en el peor de los casos desconociéndolos: lo vemos reflejado en la agricultura industrializada y con ella en la alimentación, en la extracción masiva de recursos naturales no renovables y hasta en las ciencias de salud, entre ellas la obstetricia. Sí, la especialidad de obstetricia también se ha industrializado y a su vez medicalizado.

Hoy en día, el 99% de las mujeres primerizas que paren en un hospital son sometidas de forma rutinaria a los protocolos de la institución: se las obliga a parir tumbadas, suelen atarse sus pies a los estribos de la camilla, se les administra oxitocina sintética para acelerar el parto, se le corta el periné (episiotomía), se les pide que se afeiten y ponerse enemas, en varios casos no se les permite estar acompañadas en la sala de parto por ningún afecto y también a separarse de sus hijos apenas nacen; por mencionar algunas de una larga lista de prácticas innecesarias y no aprobadas por la OMS y de escaso fundamento  científico.  Con esta carga de intervenciones es imposible ponerse a pensar y querer que una mujer pueda parir. Y si a eso le sumamos que muchas parturientas deben pasar por situaciones de violencia y humillaciones verbales, es por sentido común que debemos entender que así NO PODEMOS PARIR. Estamos yendo en contra de la evolución natural. Por eso aumentan las tasas de cesáreas –innecesarias en su mayoría-, pedido de anestesias locales y disminuyen las lactancias maternas notablemente.

Las mujeres pierden así su estima, su saber, su poder y su fortaleza. Quedan desprotegidas y en esta situación son fácilmente manipulables. ¡Esto es un llamado a la reflexión!

Se ha desvirtuado el significado real y evolutivo que trae consigo el “parir”. El nacimiento no es una enfermedad. El parto es un proceso fisiológico normal en el que los aspectos emocionales son fundamentales y deben ser respetados. Es un acontecimiento íntimo y único en la vida de una mujer en el que deberíamos tener el papel protagonista y no quedar reducidas a un objeto pasivo de prácticas quirúrgicas. Existe una ley que nos ampara y es la N° 25.929 donde se deja explícito que la mujer tiene derecho a ser consultada sobre las intervenciones a las que va a ser sometida y recibir información sobre sus consecuencias y las alternativas existentes, también a estar acompañada por quien desee en su trabajo de parto y parto.

El primer paso es informarnos, poder dilucidar entre la información certera de la otra que viene a darnos miedo y a paralizarnos; luego tendremos la capacidad de elegir consciente, libre y responsablemente.

Todo lo expuesto anteriormente es lo que se viene charlando, debatiendo, visibilizando y avanzando con respecto al Parto Respetado en Argentina. Al respecto, quien escribe ha participado este último mes en dos jornadas muy ricas en cuanto a la temática, el intercambio y la convocatoria: el sábado 20 de septiembre se realizó la 7ma. Conferencia de Partería en Villa General Belgrano con el lema de “El ritmo de la fisiología: la Tierra y la tradición en los nacimientos”. También el pasado 27 de septiembre en la Universidad Tecnológica Nacional de Trenque Lauquen se realizó la 1era. Convergencia de Permacultura y hubo un espacio destinado a ésta problemática. Allí, tuve la oportunidad de ser disertante de la charla pautada. Las dos experiencias fueron enriquecedoras y  portadoras de un mensaje noble que debemos escuchar y tomarlo para poder transformar: LAS MUJERES SABEMOS PARIR.
Nos falta mucho camino, pero cuando las mujeres se organizan ya sabemos bien los cambios que somos capaces de hacer. Esta onda es expansiva, por eso quedan todos y todas invitados/as a formar parte de este camino.

ANA LAURA VOARINO

Doula, Preparadora prenatal, Asesora en Lactancia Materna
Contacto: [email protected]
Fb: Doula Ana Voarino

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