Personas que ya no están pero se extrañan

Por Luis Spolitini

Como era habitual, los últimos años a su finalización publicamos en El Cóndor una nota titulada “Personas que ya no están,  pero se extrañan”. Por razones de espacio se recordaban a solo 15 de ellos. Después de haber cerrado sus puertas dicho periódico, por lo motivos que todos conocemos, este año se publica uno similar en este medio informático digital.

Esta nota, como las anteriores, solo tiene la finalidad de recordar a personas que vivieron y trabajaron en este pueblo. Más allá de su ideología política y religiosa se los recuerda como vecinos que pertenecieron a generaciones anteriores a la nuestra desarrollando sus actividades de acuerdo a su capacidad, algunos integraron comisiones de clubes o instituciones, otros fueron profesionales, comerciantes y simplemente trabajadores.

Este recordatorio no sería posible de

realizar si fuera exclusivamente para personas que no hayan cometidos faltas o errores porque la imperfecciones nos envuelven a todos por igual.

La historia de los pueblos las van formando sus propios habitantes, y estos vecinos ya están en ella.



Gema Gardiner: (Foto 1)

Esposa del Doctor Emilio Monzó, una destacadisima mujer en el área de educación, una de las que más laudió para conseguir cosas para nuestro pueblo, como el edificio del Jardín 901, en el que ejerció el cargo de Directora, y más adelante el edificio del Taller Protegido que es un orgullo para el pueblo prestando un gran servicio a la comunidad.

Fue madre de familia numerosa, seis hijos que en la actualidad son destacados profesionales que brindan servicios en las distintas actividades que desarrollan, como su hijo Emilio que ocupa el cargo de Presidente de la Cámara de Diputados.

Gema Gardiner, con su fallecimiento el pueblo de Carlos Tejedor perdió a una luchadora incansable que realmente se extrañará por muchos años



Amadeo Chelía (Foto 2)

Hombre de campo, único hijo varón de una familia de Francisco Madero. Desde joven se instaló en el establecimiento rural “El 70” de los hermanos Eduardo y Mabel Morandi, ubicado sobre la ruta 226. Allí junto a su esposa Teresa Arzani criaron a sus cuatro hijos, su responsabilidad y amor al trabajo hicieron que permanezcan en ese campo más de 50 años hasta su jubilación. Después vivió varios años, aquí, en el pueblo en la calle Almirón, donde se lo veía descansando con su esposa en la vereda.

Don Chelía fue una persona muy amable, conocedor como pocos de todas las tareas rurales y las relacionadas con el campo, cualquier cosa que necesitábamos saber sobre algún suceso ocurrido en al zona, aunque hiciera más de 50 años, solo había que preguntárselo a Chelía.

Pasó los últimos seis meses de su vida en el Hogar de Ancianos San José hasta que la muerte lo sorprendió a los 89 años


Adalberto Pablo (Foto 3)

Este vecino, víctima de una cruel enfermedad, falleció en el 2006 tenía tan solo 64 años de edad. Todos recordamos al “Negro” Pablo en su taller de chapa y pintura, ubicado en 9 de Julio y Piransola. Formó su hogar con Marta Agudo tuvieron tres hijo María Carolina, María Julieta y Andrés Adalberto Pablo.

El Negro Pablo fue una persona muy servicial para la comunidad, supo ser Presidente del Hogar de Ancianos San José y durante su gestión se lograron cosas importantes para la Institución.

Su taller de chapa y pintura gozó de buen prestigio en la región porque realizaba sus trabajos a la perfección y con responsabilidad.

También alternaba las tareas con trabajos rurales, especialmente los fines de semana, en un campo que tenía en sociedad con su hermano y ayudando a su esposa en el comercio de artículos de limpieza “La Esquina” que ella posee en la misma intersección.

Hoy 12 años después todo continúa como él hubiera querido: su taller en el cual está al frente su hijo, continua con el mismo prestigio, además Andrés también se ocupa de atender el campo y ayudar a Marta en su negocio.


Nora Álvarez (Foto 4)

Un recuerdo muy especial para quien fuera compañera de estudios primarios de quien escribe esta nota. Nora era hija única de ese matrimonio ejemplar que fueron Manuel Álvarez (Manolo) de profesión policía y Florentina Bustos, enfermera.

Después de los estudios primarios obligatorios, hasta sexto grado en ese entonces, Nora continua en Tejedor con los estudios secundarios que la habilitaron para ejercer la docencia en grado común. Después, siguió perfeccionándose para chicos discapacitados, pero sus deseos de superación la llevaron a estudiar la carrera de instrumentista que hizo en Luján. Una vez recibida trabajó en Tejedor con los doctores Llauró y Palma. Al pasar un tiempo tuvo que dejar esas profesión y volver a la docencia, llegó a ser Directora del Centro Educativo Complementario y más tarde del Centro Comunitario Polivalente.

Nora fue la segunda persona (después de Carlitos Gutierrez) en terminar su pasaje terrenal, de se grupo, que allá lejos, en el año 1961 finalizamos los estudios primario en la Escuela N° 1

Una implacable enfermedad terminó con su vida el 27 de octubre de 2018, cuando contaba tan solo 69 años de edad.


Antonio Bueti (Foto 5)

Corría el año 1921, un matrimonio italiano llegó a la Argentina desde Calabria, como tantos otros huyendo de los horrores de la primera guerra mundial. Este matrimonio formado por Antonia Bueti y Camila Carroza se instalan en Conhelo, La Pampa.

Para el año 1932 la ceniza que el 2 de abril cubrió parte de varias provincias, incluido Tejedor, hizo imposible que siguieran en La Pampa, por eso se trasladaron a la Colonia El Toro, en busca de una mejor perspectiva de vida. Allí alquilaron un campo y toda la familia se dedicó a la tareas rurales. Como era común en esa época todas las familias eran numerosas, fueron siete hijos de ese matrimonio y uno de ellos fue Antonio Bueti (h) que hoy recuerdo en esta nota.

Antonio dedicó toda su vida a las tareas rurales, trabajando en ese campo, que al pasar los años con el cambio político que sufrió el país pudieron comprar. Formó su propia familia con Elsa Mazzieri, también numerosa, tuvieron cinco hijos.

Cuando se formó el Círculo Automovilístico de Carlos Tejedor, Antonio fue elegido como su primer presidente.

Antonio prácticamente no recibió instrucción pero ese férreo amor al trabajo con que criaban a sus hijos los inmigrantes, hizo que la propia vida le enseñara los secretos de la supervivencia.

También aprendió a administrar el fruto de su trabajo, por eso pudieron comprar inclusive otros campos que vendieron sus vecinos.

La fortaleza de su sangre italiana hizo que Antonio permaneciera con nosotros hasta los 93 años de edad, su vida se apagó definitivamente el 1° de agosto de 2018

Un recuerdo para este vecino que aunque nació en Argentina también ayudó a “hacer la América” como tantos otros hijos de inmigrantes italianos


Santiago Monte (Foto 6)

Todo ser humano cuando se va a de este mundo es extrañado por sus familiares y amigos más íntimos, pero somos muchos más los que extrañamos a Santiago, y no solamente a él sino también a su periódico “El Cóndor”, es que ahora que nos falta nos damos cuenta que realmente tenía información interesante y necesaria

Si bien Santiago pasó sus últimos años con dedicación exclusiva hacia su diario, en su juventud fue una persona muy popular por sus múltiples actividades, como Jefe de Catastro de la Municipalidad, como cantante en la famosa orquesta de la zona Habana Jaz, y como locutor oficial de los actores escolares de fin de curso o fiestas patrias. Él hizo durante muchos años las presentacione en los tradicionales con mucho amor y profesionalismo, tanto que cuando dejó de hacerlo se notaba que faltaba algo.

Era muy común verlo por las tardes frente al local de su domicilio junto a su esposa Isabel Iglesias y sus hijas Pamela y Viviana

Me cuesta creer que hoy día esté escribiendo par recordar a quien fuera mi maestro, es que así son todas las cosas materiales, incluido nosotros, hagamos lo que hagamos, solo tenemos permitido estar en este mundo un corto periodo de tiempo, o sea todos somos pasajeros temporales pero a Santiago lo seguiremos extrañando y recordando por mucho tiempo, y la historia de Tejedor seguro tendrá una página grande con su nombre.


Celeste Varela (Foto 7)

Esposa del recordado comerciante Hugo Oscar Ramallo, junto a él atendió por muchos años su local de zapatería que todavía continúa abierto al público. Tuvieron un solo descendiente el conocido Huguito Ramallo. Desde joven, Celeste abrazó la fe católica en la cual fue practicante.

Celeste Varela miembro de una muy numerosa familia, vivió en calle Yrigoyen junto a su esposo prácticamente toda su vida, donde fue muy apreciada como vecinos.


Abel Pérez (Foto 8)

Otro destacado vecino dedicado al comercio, esposo de una de las docentes más recordadas por su respeto y capacidad, Lia Pereda. Tuvieron varios hijos que son destacados profesionales pero que no ejercen en Tejedor

A “Cacho” Pérez lo conocimos como integrante de la sociedad La Unión que tenía su local de venta de ramos generales en lo que hoy es Supermercado Alcer. Después que esta firma cerró definitivamente, luego de varias décadas al servicio de la comunidad, Cacho abrió un nuevo local de su propiedad dedicado a materiales de construcción, que casi todos conocemos porque funcionó hasta hace poco tiempo con el nombre de de PERSOL, hasta que con una crónica dolencia en su rodilla se acogió a los beneficios de la jubilación. Lo supimos ver en el pueblo aún poco tiempo antes de su fallecimiento ocurrido este año


Rubén Fuentes (Foto 9)

“Tato” Fuentes otro vecino comerciante, siempre lo conocimos en su negocio de mueblería. Formó su hogar con la recordada Amparo Cid, tuvieron una única hija Cristina que en la actualidad continúa con el mismo comercio que todos conocemos “Muebles Cristy”. Tato Fuentes un vecino honesto confiable que hasta su último tiempo nos atendía amablemente en su local de la calle Irigoyen.


Herminia Merlotti (Foto 10)

“Chochola” miembro de una tradicional familia tejedorense, formó su hogar con Chiche Altube y de ese matrimonio nacieron sus tres hijos: Raúl, Pato y Marcelo. Fue una devota católica practicante en la iglesia local

Chochola, como otras madres, tuvieron que soportar el máximo dolor que significa la muerte de un hijo, cuando el recordado Pato Altube falleció en un accidente.

Vivió muchos años en estado de viudez, rodeada de familiares y vecinos que mucho la apreciaban. Su vida terminó a la avanzada edad de 95 años, el día 4 de junio de 2018.


Roberto Urdangarín (Foto 11)

Radical de cuna, toda su vida se dedicó a las tareas de campos en su establecimiento rural San Antonio, heredado de su padre Felipe Urdangarín, siempre ayudado por su suegro y su cuñado Tit y Mario Álvarez.

Por lo general se dedicó a la producción lechera que que llevaba a la vieja y tradicional Fábrica Los Vascos.

Roberto en sus largas charlas solía contar interminables anécdotas de cómo se divertían en esa fábrica en época de su juventud, donde prácticamente toda la zona traslada su producción lechera a ese lugar en carretes o vagones tirados por caballos.

Formó familia con Julia Álvarez, tuvieron tres hijos: Juan Carlos, Graciela y Darío. Fue un amante del fútbol e hincha de Huracán, fue elegido por un periodo Presidente de su querido club.

Por su delicado estado de salud pronto tuvo que retirarse de sus actividades que continúan sus hijos.

Falleció en el 2007. Roberto Urdangarín es recordado como un buen vasco que supo ganarse el aprecio de todos los que lo conocieron.


Juana Averrali (Foto 12)

Conocida como Juanita Fuentes, llegó desde la localidad de América, se casó con el recordado comerciante y dirigente del Club Deportivo Independiente, Raúl Fuente. Tuvieron una hija, Estela.

Las personas mayores recordamos que Juanita fue una muy buena repostera, tenía un local de repostería con el nombre de “Las Delicias” en la calle Irigoyen, allá por la década de 1970. Las tortas de cumpleaños, casamientos o aniversarios que ella hacía fueron muy famosas. También recordamos que en la esquina de Garré y Piransola frente al Hotel Palermo tenían un local de comidas, “Parrilla La Querencia”, cuyo lema decía: “Donde entra un cliente, entra un amigo”.

Juanita Fuente fue una persona muy conocida en nuestro medio, víctima de una larga enfermedad falleció este año 2018.


Angélica Hernández (Foto 13)

Miembro de una numerosa y tradicional familia tejedorense, la conocimos como excelente enfermera en nuestro hospital. Angélica formó parte de ese plantel o grupos de enfermeras de primera línea que supo tener nuestro nosocomio hace ya unas décadas.

Se casó con Juan Managó y no tuvieron hijos, formaron un matrimonio ejemplar del Barrio Tamarisco, en su época de jubilados se los veía recorrer el pueblo en compañía mutua.

Angélica por su amabilidad con que trataba a la gente y su honestidad se ganó el aprecio de la gente y este recuerdo

 

Manuel Senserich (Foto 14)

“Monolo” como lo conocíamos, de descendencia española, desde joven se dedicó a múltiples tareas, pero en la que más lo recordamos es como carnicero (de eso hace ya cincuenta años).

Repartía carne a domicilio, en un carrito especial para esa tarea, tirado por un caballo recorría las calles del pueblo, casi todas de tierra.

Más adelante, ya mayor, abrió una bicicletería, la tradicional “Bicicletería Manolo”, que en poco tiempo alcanzó un gran apogeo. Ho día, después de muchos años, ese comercio continúa abierto al público, atendido por su nieto.

Del matrimonio que formó con Plácida Barrueco nacieron sus dos hijas Irma y Elisa.

Manolo Senserich un vecino más que ya no está, a pesar de todo lo controvertido de su vida, con sus aciertos y errores, siempre fue un hombre que trabajó hasta que su físico se lo permitió.


Raúl Garrido (Foto 15)

Correcto vecino de la calle Piransola, lo conocemos prestando servicio en la policía hasta su jubilación. Contrajo matrimonio con Olga Mangiaterra. Tuvieron dos hijas Patricia y Cristina.

Fue una persona muy activo en sus momentos libres siempre se lo veía ocupado en algo, especialmente hermoseando su casa que siempre estaba impecable. Muy extrañado por muchos amigos y vecinos.

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