Monzó a através de Boudou sería el enlace de Macri con la Presidenta

Mientrás que cada vez más medios siguen reproduciendo el rumor que indica que Emilio Monzó ocuparia el cargo de Ministro de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el diario Clarín afirma que que el ex Intendente de Carlos Tejedor sería el nexo con la Presidente Cristina Fernández de Kirchner gracias al trato que mantiene con el candidato a Vice presidente Amado Bouduo. Ambos se conocerían desde cuando militaban en la UCeDé, e incluso se afirma que existieron reuniones entre ambos y que el Jefe de Gobierno Porteño tendría un pliego con obras para solictarle a la Presidenta

 Algunos fragmentos de la nota de Clarín:

 

Macri (…) Estaría cavilando la reformulación de la Ley de Ministerios en la Ciudad con varios objetivos, pero uno en particular: la creación de un ministerio de Gobierno que pulse los vínculos con el Gobierno Nacional y con los provinciales. Aquel ministerio no sería tan importante como el funcionario que ocuparía su sillón. El jefe porteño piensa en Emilio Monzó, hombre de origen peronista que se arrimó cuando Macri sostenía todavía sus sueños presidenciales.

Su condición de peronista, dentro de la constelación macrista, no sería una novedad. Su larga huella en la política, en cambio, podría aportar otras pistas. Monzó fue, por caso, hombre cercano a Daniel Scioli y Randazzo, de quienes se distanció por el conflicto con el campo. También ha frecuentado a Francisco De Narváez y tiene llegada a Sergio Massa, el intendente de Tigre, y al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.

Pero el puente más valioso, tendido desde los tiempo juveniles de la militancia común en la UCeDé , lo tiene con Amado Boudou. Monzó y Boudou han conversado y se han reunido desde que sucedieron las contundentes victorias de Macri y de Cristina.

Esa amistad podría ser, tal vez, la parte menos sustancial de la construcción política para cohabitar, siquiera una época, que atisba entre el macrismo y el kirchnerismo. Vuelve a quedar en superficie el papel de hombre de confianza política que tendría en el futuro Gobierno el ministro de Economía y candidato a la vicepresidencia.

Cristina sabe que, luego de octubre, las figuras de Alfonsín y Duhalde se evaporarán de la política expectante casi de manera definitiva. Quedará en pie Binner: pero el socialismo deberá administrar por segunda vez Santa Fe con una oposición que tendrá una compleja trama peronista, kirchnerista y del PRO. En esas condiciones, no le resultaría sencillo al socialismo expandir desde la provincia el Frente Amplio Progresista nacido con las internas. El PS anida otro dilema: conviven sectores férreamente opositores a los K con otros que le dispensan ciertas simpatías.

El único adversario para la Presidenta con importante cuotas de poder será Macri. Tampoco el jefe porteño, en esas condiciones, podrá soslayar a la oposición. Su estrategia para octubre, como la mayoría de ese sector, consistirá en sostener a sus candidatos a legisladores, sobre todo en Capital, y a ciertos dirigentes que podrían acaparar otros playones. Sería el caso de Jorge Macri, en su lucha por la intendencia de Vicente López contra el radical K, Enrique García.

También alentará los movimientos de la oposición en el Congreso para impulsar la aplicación de la boleta única en octubre. Está convencido de que, en el corto plazo, se trataría de una batalla perdida pero le serviría como antecedente para su propia maniobra: sancionar la boleta única en la Ciudad el año que viene, cuando disponga de mayor comodidad en la Legislatura.

Los progresos opositores con aquel tema en el Congreso no resultan ahora fáciles. El PRO, la Coalición Cívica y los radicales podrían llegar a consensuar un proyecto. Se sumaría De Narváez.

Pero el Peronismo Federal está en un trance complicado : nadie sabe, qué será del futuro de ese bloque si el kirchnerismo recupera en octubre un manejo pleno de las dos Cámaras.

El Gobierno ya le ha puesto freno público a la iniciativa. Cristina está encantada con la reforma electoral, sobre todo con las boletas en colores y con fotos de los principales candidatos. Objetó el mecanismo que, con buenos resultados, se aplicó en Santa Fe y en Córdoba.

Randazzo brindó, en su momento, otros argumentos. Dijo que el sistema de boleta única podría “poner en riesgo la gobernabilidad” . Para el ministro, en una lectura veloz, afectar la gobernabilidad equivaldría a otorgar mayor libertad de elección a los ciudadanos.

Ese efecto se advirtió, con claridad, en aquellas dos provincias. La diversificación del poder demanda de los políticos dos cosas: la búsqueda de los consensos y, por ende, mayor equivalencia de fuerzas.

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