Por Juan José Prieto, Farmacéutico Nacional
A partir de hoy en la CABA las farmacias podrán vender golosinas, bebidas, libros, DVD y otros productos que forman parte de las farmacias polirubros. Otra medida anti-democrática del Macrismo.
A partir de hoy en la CABA –Ciudad Autónoma de Buenos Aires- las farmacias podrán vender golosinas, bebidas, libros, DVD y otros productos que forman parte de las farmacias polirubros.
Nuevamente, y acudiendo a su herramienta preferida, el Ing. Mauricio Macri permite la comercialización de productos que nada tienen que ver con el arte de curar. Por medio del decreto 98/1 autoriza a las farmacias a comercializar productos quevan más allá de los fármacos, estableciéndose que la Ciudad será la encargada de fiscalizar, teniendo el poder de policía sobre estos establecimientos, desplazando de esta tarea al gobierno nacional.
Con esta nueva decisión política del PRO se pone fin a una discusión entre que farmacia es más saludable para la comunidad porteña, inclinando la balanza hacia las farmacias «polirubros», cuyo mayor referente es Farmacity.
Recordemos que esta puja política entre el Macrismo y el gobierno nacional tomó fuerza en octubre pasado, cuando el Ministerio de Salud de la Nación encabezado por Juan Luis Manzur reglamentó la Ley Nacional de Medicamentos Nº 26.567, aprobada en 2009 en el Congreso Nacional, y? estableció que estos comercios sólo podrían vender medicamentos, productos de ?higiene o estética y otros con cualidades profilácticas, desinfectantes, insecticidas o similares .
Por otra parte, la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y el Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Capital Federal (COFyBCF) se ampararon en la medida ministerial por la simple razón de que beneficia al colectivo del país. La nueva normativa debía entrar en vigencia el pasado miércoles 12 de marzo, pero Macri decretó y estableció nuevas reglas de juego para la CABA.
En mi opinión, con esta nueva acción de Macri se demuestra que su manera de hacer política no tiene absolutamente nada de nuevo, es más de lo mismo, significando volver a los 90 (comparable con la desregulación económica impuesta por el Dr. Carlos Saúl Menem, y su Ministro de Economía Domingo Cavallo, y el deterioro que significó para la salud). Con su habitual forma de decidir se deja en evidencia que cuando existe algo saludable y bueno para el colectivo, el Ing. Mauricio Macri, hace que en su lugar primen los intereses económicos de los sectores más poderosos por sobre los vulnerables.
Además, con esta medida no existe una verdadera regulación del sector, sino que favorece la libre competencia determinando una batalla entre los poderosos y los débiles; definiendo, con un juego de la libre oferta del mercado, ganadores y perdedores, que terminarán por definir un sistema perverso.
Si realmente su intención fuera mejorar la rentabilidad de la farmacia pequeña y mediana, así como contribuir a una mejor salud del Estado, comenzaría por una verdadera política del medicamento, que en principio sería adherir a una ley nacional y su posterior reglamentación por el Ministerio de Salud, pudiendo continuar por los medicamentos priorizando la salud de la comunidad por sobre los intereses de los grandes grupos económicos (reducir las bonificaciones que las farmacias hacen a las grandes obras sociales, que todos los medicamentos sean adquiridos en farmacias, hacer desaparecer la publicidad engañosa como estrategia de venta de los laboratorios, etc.) y no por el agregado de productos y objetos que están más cerca de un shopping que de un centro efector de salud como es la farmacia profesional.
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