Preparación para una Maternidad Consciente, libre y Sagrada

Por Ana Voarino

Cuando comience tu viaje por la maternidad inevitablemente transitarás un mundo de cambios, algunos más notables como los físicos y otros que son más personales e invisibles al ojo social y tienen que ver con las emociones que salen a la luz; emociones que registramos y otras que nos asaltan desde lo más profundo de nuestra esencia  y quizás muchas de ellas no las reconocemos como propias pero allí están, saliendo a la luz para tomar consciencia de ellas y trabajarlas para sanar nuestro presente y nuestro linaje femenino. ¡Una Nueva oportunidad, un regalo de la vida! Es por ello que una de las mejores cosas que podes regalarle al acontecimiento,  es lograr  conectar con ello y prepararse para todo lo nuevo que se avecina, transitando tu maternidad de forma consciente y libre, convirtiéndola en un pasaje sagrado.

Como es sabido, muchos talleres que se ofrecen de preparación prenatal tienen una visión muy clásica y solo se enfocan en enseñar técnicas que preparan tu cuerpo para el parto, formas de respirar y posturas adecuadas, pero en ellos no hay momentos para

conectar y “sentir” que sucede dentro nuestro con respecto al renacimiento como mujeres dadoras de vida. Creo que la Maternidad en su totalidad es mucho más amplia y compleja como para solo “prepararnos para el parto” y pasar por alto las necesidades y deseos previos y posteriores al parto de cada mujer. Ser Doula me permitió abordar la preparación prenatal desde otro costado y visualizar la importancia de acompañar desde la contención, la información y el amor a cada mujer que me elige como compañera en este viaje de ida que es la Maternidad.

A mi parecer, para lograr una experiencia de parto lo más amorosa y sana posible es menester llegar al momento con una entereza y poderosa fuerza interior que nos permita “elegir” que es lo que deseamos para nosotras y cómo queremos recibir a nuestro bebé.

Y para ello es necesario recuperar la memoria y la sacralidad de la maternidad, llevándola nuevamente al podio que se merece. Desde esa mujer-planta bien enraizada que sabe de dónde viene y hacia dónde va pueden florecer los mejores frutos-hijos para constituir mejores sociedades, más amorosas, más limpias, más transparentes y menos conflictivas.

El resto -como posturas, respiraciones, bolsito de parto, formas de pujar, etc.- son indicaciones secundarias, hasta diría no prescindibles para atravesar el tan ansiado parto… Acaso ¿Nuestras mujeres nativas necesitaban de tantas instrucciones para parir y amamantar? Ellas pasaban por este pasaje acompañadas de mujeres con experiencias que guiaban su camino y en el momento de parir se nucleaban algunas y la asistían lejos del ruido de la comarca, sin intervenciones ni luces ni sueros ni relojes. Entonces… ¿No es para pensar cuánto nos hemos alejado de la naturalidad del proceso y con ello cómo hemos perdido la esencia del mismo?

Muchos me pueden decir que gracias a la ciencia y a la tecnología mueren menos mujeres y bebés en comparación de lo que sucedía antes, pero también es cierto que desde el momento que esa misma ciencia y tecnología se encargó de intervenir en el proceso fisiológico de “todos” los partos –hasta de los normales y/o de bajo riesgo como son la mayoría-  se pasó a considerarlos defectuosos y a tratarlos como enfermedades. Pero eso es otro tema y es demasiado largo el debate como para explayarme en esta nota.

Concluyendo esta reflexión quiero compartir con ustedes mi invitación a que cada mamá comience a conectar con su cuerpo antes y durante el embarazo, con sus emociones y estados, su ciclo menstrual, su pasado femenino, los nacimientos de su familia, los vínculos y en especial el vínculo con su madre para poder comprender y desenredar los miedos y las voces que vienen del interior a recordarnos nuestra memoria celular durante esta nueva etapa donde estamos gestando un nuevo Ser. Todo ello nos va a permitir atravesar el parto, el puerperio, la lactancia y la crianza con todas las herramientas que necesitamos para ser mamás empoderadas, libres y disponibles emocionalmente para cuidar y amar a esa personita que nos ha elegido como mamá. Sin necesitar de tanta receta, tanta instrucción y opiniones de personas ajenas al vínculo más íntimo y sagrado que la vida nos legó y del cual solo formamos parte mamá, papá, hermanos y el reciente bebé.

ANA VOARINO
Doula, Preparadora Prenatal y Asesora en Lactancia
Contacto: [email protected]

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