El sitio La Política Onlin publica una nota que tiene como eje central al ex Intendente de Carlos Tejedor, y un subsecreatario del Ministerio de Gobierno que está a cargo de Monzó.
“El nuevo ministro de Gobierno tiene una mala relación con el ex legislador, que aspiraba a un cargo mejor pero debió conformarse con una subsecretaría encargada de relacionar al Poder Ejecutivo con el Legislativo. “No lo necesito a Álvaro para la relación con la Legislatura», suele decir el ex ministro sciolista”, informa el sitio. A continuación la nota:
El nuevo ministerio de Gobierno creado para el segundo mandato de Mauricio Macri en la Ciudad aún no tiene un mes de vida y ya causó chisporroteos en la pata peronista del PRO.
El ministro Emilio Monzó designó a tres subsecretarios: Marcelo Daletto –que supo pertenecer al entorno de Julio Alak, en la subsecretaría de Asuntos Federales; Nicolás Ducoté, proveniente de los equipos técnicos de Francisco De Narváez, en la subsecretaría de Asuntos Políticos y al ex legislador Álvaro González en la subsecretaría de Gobierno.
Con este último, Monzó no tuvo feeling desde un principio. González, que cumplió ocho años en la Legislatura y por eso debió abandonar su banca el 10 de diciembre, aspiraba a ser premiado con un cargo de mayor jerarquía en la estructura de poder del macrismo, o a lo sumo a un puesto más tentador en el área de Hacienda.
Pero Macri finalmente decidió ubicarlo como el nexo entre el Ejecutivo y la Legislatura a través de la subsecretaría de Gobierno, imponiéndole un jefe peronista como él. Ante los amagues de González de no asumir en su nuevo cargo, el propio Horacio Rodríguez Larreta debió convencerlo para evitar un escándalo.
La realidad indica que es muy difícil para un dirigente tener alguna injerencia en la Legislatura una vez afuera de ella.
Más aún si no tiene diputados que le respondan, lo que sucede en el caso de Álvaro, que fogoneó en los últimos meses a Karina Spalla como su reemplazante en la Comisión de Presupuesto, acaso como una manera de dejar un legado en el recinto.
Aún le es muy difícil a dirigentes de peso como Gabriela Michetti tener incidencia en las decisiones legislativas del macrismo, y eso que hay un puñado de legisladores que ella misma impuso en las listas.
En este contexto, el campo de acción de González se achicó mucho más por su mala relación con Monzó. «No lo necesito a Álvaro para tener relación con la Legislatura», dice el ministro de Gobierno por los pasillos y se aferra a su equipo más cercano, siempre con la venia de Rodíguez Larreta.
El descontento de González con Monzó es tal que ni siquiera usa una oficina en el edificio de Rivadavia al 600 en el que fue montado el ministerio de Monzó.
Sin concretar
Otro de los legisladores que debió abandonar su banca, Ezequiel Fernández Langan, también tenía destino dentro de la estructura de Monzó.
Pero el desembarco de Fernández Langan, que iba a encargarse de la Escuela de Gobierno, no pudo concretarse y ahora el ex diputado pasará a ser director de Autopistas Urbanas (Ausa).
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