Luego de que durante el festejo de las elecciones los motociclistas tuvieran total impunidad para hacer lo que querían: desde andar sin casco, circular a alta velocidad e incluso subirse a la vereda de la plaza (bueno hubiera sido que los políticos no sean hipócritas y les hubiesen pedido que, al menos, cesen de hacer ruido, porque después dicen que la culpa es de los padres, pero también se lavan las manos cuando pueden “retarlos”) , el domingo 3 de noviembre (2013) se desplegó un operativo sin precedentes en Tejedor.
Lo que ocurrió durante las elecciones no es culpa (al menos total) de la policía, insistimos ¿Dónde tenían los ojos los que participaron de las caravanas? No hubo una fatalidad porque parece que Dios, ese día, estaba en Tejedor, y crean que no es una exageración.
En concreto, el 3 de noviembre hubo más de 12 policías distribuidos en puntos clave de Tejedor. Al pasar por la comisaria se pudo ver a varios jóvenes, algunos de
ellos con la moto a cuesta.
Es de resaltar que para que le entreguen el ciclomotor además de pagar la multa y poner todo en orden, deben sacarle el escape.
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