El radicalismo y una elección difícil: entre la coherencia y la amplitud

Por Pablo Esquilache

La Unión Cívica Radical es el partido con más historia de la Argentina. Está presente en todo el país, con más de 500 intendentes, 5 gobernadores, la presidencia de la Federación Universitaria Argentina (FUA), la conducción de alrededor de 18 centros de estudiantes y la juventud política más grande de la Argentina. Es un partido que atraviesa generaciones y niveles de representación.
Pero, a pesar de toda esta fortaleza, la UCR llega complicada a estas elecciones en términos de renovación legislativa. Pone en juego 21 bancas en Diputados y 4 en el Senado, y corre el riesgo de quedar con una representación mucho más reducida.
En la provincia de Buenos Aires, la situación refleja las tensiones internas del partido. Por distintos motivos —egoísmo, falta de conducción y ausencia de un liderazgo claro—, la UCR no encabeza ninguna coalición y va dividida en dos espacios. Por un lado, Provincias Unidas, donde la primera candidata radical aparece recién en el cuarto lugar, Danya Tavela. Por el otro, la lista compartida con la Coalición Cívica, donde la primera representante radical ocupa el segundo lugar, Elsa Llenderrozas. En ambos casos, las chances de ingresar a Diputados son bajas.
En Carlos Tejedor, ninguna de las dos corrientes radicales hizo visitas oficiales ni actividades de campaña. Por eso, en estas elecciones el afiliado radical se enfrenta a dos opciones: una, que puede considerarse con mayor coherencia ideológica, es la lista que acompaña a la Coalición Cívica; la otra, también coherente en su identidad, pero con una proyección más amplia, con mayor representación nacional y una visión política más abarcativa.
Esto se suma a la aparición de Libertad Avanza, que disputa representación en algunos de nuestros votantes. Si bien tengo una posición sobre cuál debería ser la postura del radicalismo, hoy no existe un “radicalómetro” que indique de manera definitiva qué se debe hacer o cuál es la decisión correcta. Un momento difícil.
Tal como ocurre en todas las elecciones recientes, el escenario está muy polarizado y no hay espacio para lo que se suele llamar “la ancha avenida del medio”. Más allá de eso, creo que el centro es el lugar que debe ocupar la UCR, tanto en lo ideológico como en lo estratégico.
Aunque la situación no es sencilla, para los partidos del centro y, especialmente, para la Unión Cívica Radical, este sigue siendo, a mi entender, el camino correcto. El modelo actual de Javier Milei no funciona y deja a mucha gente afuera; el modelo kirchnerista, por su parte, tampoco dio los resultados que prometía y es, en gran parte, responsable de cómo llegamos hasta acá. Por eso, fortalecer un espacio de centro sólido y coherente, que combine institucionalidad, representatividad y amplitud política, es clave para el futuro del país.
Es fundamental que todos ejerzamos nuestro derecho al voto. En estas elecciones se vota con boleta única de papel, y para quienes quieran conocer cómo es el procedimiento y cómo se debe emitir el voto correctamente, pueden verlo en este enlace: Cómo votar en las elecciones 2025. Ir a votar es una manera de participar y de decidir el futuro de nuestro país.

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