Charla de parto respetado en General Pico

Por Ana Voarino, Doula, Preparadora Prenatal  y Asesora en Lactancia  Materna

El pasado 29 de noviembre fui invitada por el grupo “Movimiento por los Derechos de las Mujeres” oriundo de General Pico –La Pampa- a brindar una Charla-Debate sobre “Partos Respetados y Nacimientos Amorosos”. Este grupo nuclea a mujeres de la localidad y tiene como fin generar un espacio de escucha, debate, información y contención frente a la violencia de género que padecemos sistemáticamente por la sola condición de ser “mujer”.

Se entiende por violencia de género al tipo de violencia física o psicológica ejercida contra cualquier persona sobre la base de su sexo o género que impacta negativamente en su identidad y bienestar social, físico o psicológico. En esta línea, en Argentina en el 2010 se sancionó la ley 26.485 que trata sobre la “Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos que éstas desarrollan sus  relaciones interpersonales”.  Hay muchos tipos de violencia y se caracterizan en violencia física, psicológica, sexual, simbólica, económica y patrimonial. También esta ley señala que según las formas que se

manifieste en los distintos ámbitos, las modalidades son violencia doméstica, violencia institucional, violencia laboral, violencia contra la libertad reproductiva, violencia mediática y violencia obstétrica.

El Movimiento viene realizando actividades varias con respecto a la violencia de género y esta vez  quisieron visibilizar la violencia obstétrica que se padece en la mayoría de las instituciones de salud –tanto públicas como privadas- de  Argentina, convocándome para hablar sobre el tema. Recordemos que la violencia obstétrica es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales. Son aspectos que se abordan en la Ley 25.929, sancionada pero no reglamentada desde el 2004; aún en estas condiciones hoy se puede realizar denuncias por violencia obstétrica al Defensor del Pueblo de la Nación.  Urge hablar de estos temas porque estamos frente a un sistema médico que desconoce y/o no respeta los procesos fisiológicos del parto y genera partos traumáticos e instrumentalizados y/o cesáreas innecesarias por doquier provocando un sin número de experiencias dolorosas sin necesidad de vivirlas.

Para ejemplificar esta demanda  paso a contar que de las mujeres que estábamos presenciando la charla, las que habían sido madres el 90% había sufrido violencia obstétrica en la mayoría de sus partos y en sus múltiples formas: tratos humillantes, inducciones, episiotomías sistemáticas, atado de piernas, maniobra kristeller (presión de la panza por parte de un personal de salud), cesáreas innecesarias, uso de fórceps y complicaciones físicas, ventosas, corte temprano del cordón umbilical, separación inmediata del bebé sin permitirle a la madre prenderlo a  la teta, suministro de sustancias azucaradas en neo sin consentimiento de la madre, lapsos largos de tiempo sin saber de la condición y salud de su hijo, separación sin posibilidad de sostener a un hijo mientras fallecía en la neo, etc. Historias tremendamente tristes y desgarradoras sin ningún tipo de consuelo ni responsabilidad por parte del sistema médico que impunemente recurre una y otra vez a éstas prácticas rutinarias y violentas al no cumplirse las leyes que nos amparan.
Por lo anterior expresado  es que tomo la responsabilidad de difundir la necesidad urgente de que se comiencen a respetar  nuestros derechos, nuestros cuerpos y los de nuestros hijos en cada institución de salud. Y para ello no se necesitan grandes cambios de infraestructura ni equipamientos tecnológicos de punta, sino más bien una toma de consciencia por parte del equipo de salud entendiendo que los partos y nacimientos son procesos naturales y para los cuales las mujeres fuimos creadas.Podemos llevarlos adelante sin necesidad de intervenciones ni  medicamentos  en la gran mayoría de los casos (el 95%); solo teniendo el tiempo para que se desarrolle y la contención afectiva para poder abrirnos y traer de forma amorosa y espiritual a nuestros hijos. Que quede claro: el parto no es una enfermedad, no debe ser tratado como tal.

Como nota al pie, fueron invitados ginecólogos/as, obstetras, pediatras, enfermeras y ninguno asistió, tal como sucedió en Carlos Tejedor con la Charla de Lactancia Materna que brindé; aunque eso no nos detiene ya que somos convencidas que nuestro trabajo es empoderar a cada mamá y familia para que luego sean ellos mismos los que decidan sobre su vida, su parto y la de sus hijos.

Por último quiero manifestar mi agradecimiento hacia esas mujeres llenas de vida, sueños, proyectos y convicciones que desde su lugar levantan la voz y velan por nuestros derechos. Brindo por ellas y porque se respeten nuestros cuerpos, porque nos permitan elegir libremente cómo, donde, con quien parir, porque el Parto Respetado no sea un privilegio de algunos pocos, sino más bien el derecho de todos.

ANA VOARINO
Doula, Preparadora Prenatal
y Asesora en Lactancia  Materna
Fb: Doula Ana Voarino

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