El ex Intendente de Carlos Tejedor, Emilio Monzó, se reunió con Sergio Massa, pre candidato a Presidente, para comenzar a pensar en acuerdo entre ambos dirigentes. El tejedorense es Ministro de Gobierno de Macri, y armador del PRO.
La nota de Ámbito Financiero donde se da a conocer la información:
Pacto Macri-Massa, la variable que genera inquietud en Olivos
La cita del lunes al atardecer, en Tigre, activó una intriga en Olivos. La inquietud, al rato, sedisparó cuando cayó la novedad de que Sergio Massa , en persona, se sentó con Emilio Monzó, el CEO político de Mauricio Macri, cuando el relato inicial mencionó la cumbre del peronista rubio del PRO sólo con Joaquín de la Torre, cacique de San Miguel y álter ego del tigrense, y Mario Meoni,radical de Junín, esforzado promotor en el Frente Renovador (FR) de un ensamble Massa-Macri.
La calma regresó al planeta K cuando se supo el resultado de la juntada: Massa, dicen en Gobierno, pidió una «interna grande» por la presidencial entre él y Macri, a lo que Monzó respondió que era una alternativa inviable porque, entre otros aspectos, haría estallar la frágil convivencia con la UCR de Ernesto Sanz y Elisa Carrió.
Carrió -que habla con Macri más que muchos de los protomacristas- brota como un factor determinante en la mesa de arena K porque dijo que su límite era Massa pero, por caso, no objetó un hipotético frente con Francisco de Narváez. Toda una paradoja que el kirchnerismo le rece a Carrió como a un santo popular para que impida un arrime entre Macri y Massa.
La charla en Tigre, el lunes, se licuó cuando Monzó le hizo a Massa la «última oferta» de Macri: avanzar en un acuerdo, ahora que todavía mide, pero en términos hirientes que implicarían la autoexclusión del tigrense como candidato a cambio del ingreso del esquema del FR en las boletas del PRO. Algo así como un massismo sin Massa. Ocurrió, a la inversa, en 2013 cuando el PRO bajó su lista en la provincia para intercalar, negado porMacri, un puñado de candidatos en las boletas de Massa.
Quince
Las dimensiones paralelas que habitan Macri y Cristina tienen, por momentos, túneles que las conectan. Comparten, por ejemplo, la misma cifra sobre lo que Massa mide en el mapa nacional: los dos dicen que ronda los 15 puntos, aunque en la Rosada invocan sondeos que lo ponen en 18 puntos. En ambos búnkeres sostienen que Massa está tercero y muy lejos del PRO y del FpV, y lo dan prácticamente fuera de carrera.
El matiz es sobre cómo migrarían, en un escenario sin el tigrense, los votos del FR. El macrismo dice que 6 a 4 en favor suyo porque es un voto mayormente opositor; en el oficialismo interpretan que 6 a 4 hacia el FpV porque su voto es esencialmente peronista. Tampoco hay posición unívoca en el peronismo K: están los que quieren vaciar aMassa -abren las compuertas y reciben y hablan con todos- y los que creen que hay que sostenerlo porque sinMassa en el ring, el beneficiado podría ser Macri.
Esa elucubraciones, devaneos domésticos del dispositivo K, se relajaron cuando se dio por frustrado el acercamiento porque la propuesta de Monzó resultó inaceptable para Massa, que mandó a los suyos a hablar de una «interna grande» presidencial como única variable de acuerdo.
La atmósfera oficial se espesó cuando en el radar apareció una versión más inquietante, que indica que se abrió una ventanilla de negociación alterna entre Malena Galmarini, la única persona que puede hacer cambiar de opinión a Massa, y al empresario Nicolás «Nicky» Caputo, amigo y consultor de Macri.
Por el nivel de influencia que Malena ejerce sobre su marido y el que Caputo ejerce sobre Macri, la versión circuló con pánico e inquietud en el planeta K. Quizá no haya actores más relevantes para producir una fusión que permita apagar celos y unir posturas extremas.
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