Por Pablo Esquilache
El 7 de septiembre el oficialismo local obtuvo un triunfo contundente, acompañado por una buena elección de La Libertad Avanza y un resultado adverso para Somos. Con esta votación, Fuerza Patria se aseguró cuatro de los seis concejales en juego, alcanzó un bloque de ocho bancas en el Concejo Deliberante y sumó además los tres consejeros escolares.
Las razones del triunfo son varias. Más allá de los cuestionamientos que podamos hacer, hay una valoración evidente de la gestión municipal. También pesó la atracción de Fuerza Patria a nivel provincial, que ganó en la Cuarta Sección Electoral por primera vez desde 2005. El oficialismo logró mantener unidas a sus líneas internas, evitando fracturas. Y el contexto económico —con inflación en desaceleración, pero con caída de la actividad y deterioro del salario real— terminó favoreciéndolo frente a una oposición que llegó dividida.
La Libertad Avanza consiguió un buen desempeño gracias a un grupo motivado y a su condición de fuerza política nueva, que sigue generando atracción en una parte del electorado local. Esa combinación le permitió obtener un resultado positivo y consolidarse como alternativa.
Somos tuvo un mal desempeño. Desde la interna y el resultado de la elección de 2019 no logró reordenarse. A ello se sumaron conflictos internos, la aparición de La Libertad Avanza —con la que una parte de su electorado puede compartir algunas ideas— y la migración de dirigentes y militantes hacia el nuevo espacio. Estos factores pueden explicar, en parte, el resultado obtenido.
La conformación de este frente electoral buscaba instalarse como una opción de centro. Sin embargo, era previsible que quedara diluida en un escenario polarizado, algo que también se reflejó a nivel local. Aun con esas dificultades, considero que fue una decisión acertada del radicalismo local integrarlo, acompañado por una lista plural que sumaba distintas miradas.
El oficialismo local puede ser cuestionado por prácticas clientelares que no son nuevas, pero ese no es el factor principal que explica su triunfo. Los votantes suelen acompañar a la oposición cuando perciben propuestas claras y liderazgos firmes. Tanto Somos como el radicalismo en su conjunto deberán revisar lo sucedido y discutir con seriedad el rumbo a futuro.
De cara a lo que viene, la responsabilidad de Somos será consolidar un grupo, delinear un plan de acción claro y ofrecer a la sociedad una opción de gobierno creíble, capaz de encarar las reformas estructurales que el distrito necesita y convertirse en una verdadera alternativa para los próximos años.
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