Monzó en Perfil: “No podemos decir que algo es tan sólido cuando se construyó con un objetivo electoral”

Emilio MonzóPerfil.com le realiza una extensa entrevista al ex Intendente de Carlos Tejedor y actual Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó

 

A continuación los distintos artículos:

Monzó: «Veo a muchos referentes del PJ armando algo sin Cristina»

Manzur, Urtubey, Uñac: los gobernadores peronistas piden pista. «Hay un espacio vacío que ellos ocuparán», dice el armador de Cambiemos.

—Entremos en el país. El gobernador de Tucumán, José Manzur comparó a Cristina Kirchner con ISIS y dijo que es un tigre de papel. ¿Usted cree que se está subvaluando el futuro de Cristina?

Antes dijo que ésta será su última elección como estrella fulgurante. Una cosa es ser estrella fulgurante y otra quedarse con el 15 o 20% de los votos de la Argentina.

—Creo que su expresión es una expresión de un peronista que salió muy sólido de esta elección, ganó bien en Tucumán yquerrá ser líder en el grupo de gobernadores. Es el peronista ‘cojudo’. Fue más para decir “¡Acá estoy yo!”.

— Está pidiendo pista.
—Claro. Tiene una personalidad más componedora, pero con esto quiere ganar en autoridad para lo que se viene, que no tengo dudas será la Liga de Gobernadores: Urtubey, Uñac, Manzur. Hay un espacio vacío que ellos ocuparán. Quizás la estrategia comunicacional confunde a Cristina como algo mucho más grande.

—¿Usted cree que ella se quedará con un porcentaje de votos más o menos permanente, como un partido testimonial de 10 o 15%?
—Terminará siendo un partido testimonial y lo será por los próximos cinco o seis años. Principalmente en la provincia de Buenos Aires. A nivel nacional, tardará en alcanzar 10 puntos. Pero cuando haya un ballotage, habrá que mirarla de reojo: podría ser la gran electora que defina una elección presidencial.

—¿Ve  al peronismo unido en la próxima elección? Porque si ella es electora…
—Veo muchos referentes peronistas en condiciones de armar algo. Veo muchos peronistas y no peronistas, dirigentes que si se unieran tienen la masa crítica suficiente para ser una alternativa electoral en este país. Veo figuras interesantes en ese sentido, sin Cristina. No la veo jugando a Cristina, veo más a los intendentes del Gran Buenos Aires con un proyecto nacional diferente.

—Urtubey quedó posicionado como potencial candidato para el 2019, ¿Es mejor que otros peronistas?
—Mejor que otros peronistas sí. ¿Hay otros peronistas posicionados? También. Pero creo que hoy Juan Manuel irá en primera línea cuando decida caminar el país. Arranca entre los que conducen esta nueva posición para 2019.

—La derrota de Juan Schiaretti en Córdoba, ¿cómo supone que se va a metabolizar en el conjunto de los gobernadores? ¿Imagina a De la Sota tratando de sumar a Massa con los gobernadores, o cree que De la Sota cumplió un ciclo?
—Creo que aunque haya tenido dificultades en esta elección, Schiaretti no deja de ser un muy buen gobernador. Ha sido una persona generosa con nosotros, ha colaborado en las votaciones más importantes en este Congreso, el peronismo no puede prescindir de una figura como él. Pese a la derrota será muy importante en esa Liga de Gobernadores.

— ¿Y De la Sota?
—Bueno, es como dejar el fútbol a los 40 años y querer volver dos años después. Es imposible, ya se retiró. Está grande para agarrar de vuelta. Lo imagino aportando, porque es muy inteligente en el armado. Pero no conduciendo.

—Más o menos un tercio de los votos es lo que obtuvo Cambiemos en todo el país, ¿Es suficiente eso para construir una alternativa perenne, para construir una gobernabilidad clara o es necesario sumar otros consensos?
—Bueno, no sé cuánto más votos podría obtener un partido político en el mundo. Es difícil. Las demandas son muy específicas. Antes los discursos eran más abarcativos. Hoy las necesidades son específicas y cada vez habrá más alternativas para las diferentes demandas. No sé si volveremos a ver esos números, salvo en un ballotage. 

Monzó: «En 2015 el kirchnerismo hizo campaña para Cambiemos»
—¿Cuánto tuvo que ver usted con este triunfo de Cambiemos? Es en Córdoba, y con su mano derecha el presidente del bloque de diputados del PRO Nicolás Massot, cuando comenzaron en el 2011, ¿verdad?

—Con Nicolás empezamos en Santa Fe, y después en Córdoba, en 2012. Pero endilgarse un triunfo es exagerado. Uno depende de muchísimos factores. En Santa Fe, con Miguel del Sel, casi ganamos la gobernación. Pero eso fue producto de una circunstancia especial. Perotti y Giustiniani perdieron sus internas. Si ellos ganaban, nosotros no lo teníamos a Miguel del Sel tan arriba. En Córdoba, ganamos en Marcos Juárez y lo vendimos como si hubiéramos ganado el conurbano. Nos llamábamos ‘Juntos y si perdíamos no hubiese existido Cambiemos. Los convencionales de la UCR fueron de Córdoba a Gualeguaychú y vieron que había una posibilidad de ir juntos y ganar. Por eso para nosotros Marcos Juárez era tan importante. Y está el pacto de Gualeguaychú: si no hubiésemos ganado la convención del radicalismo, no ganábamos la elección. Ocurrieron muchas cosas. Por ejemplo, Randazzo. Cristina lo manda a Aníbal a la provincia y nosotros le pedimos a María Eugenia Vidal que compita con él. La verdad, lo de ella fue una muestra de lealtad y lo mío, una cretinada. Porque Mariu medía por las nubes en la ciudad. ¿Quién iba a imaginarla gobernadora?

—Como quien imaginara a Stolbizer senadora.

—Cuando fuimos a pedirle a María Eugenia que por favor cambiara el rumbo de su carrera, lo hicimos porque teníamos un vacío importante: no teníamos candidato. ¿Cómo va a haber un candidato a presidente sin candidato a gobernador de Buenos Aires? María Eugenia fue a cubrir eso. Por supuesto que después le puso la garra y talento. Pero si no hubieran aparecido los errores del kirchnerismo, no hubiéramos tenido ni a María Eugenia, ni a Mauricio donde están hoy. Por esto es tan apasionante esto.

—En ese contexto, podrían haber tenido a Massa o a De Narváez y no quisieron a ninguno de los dos.

—Discutí por eso. Yo sí quería, pero a veces uno tiene consenso y otras no. De Narváez o Gustavo Posse, porque María Eugenia media 9 puntos y no se movía de ahí: no generábamos la atención de nadie. Me decían: “¡No mide, no mide!”. Y yo: “Inventemos algo con Posse o De Narváez”. ¡No!, respondían. En las PASO charlé con Massa para hacer una interna y de nuevo: ¡No!.

—¿Cree la muerte de Nisman hizo que crecieran las posibilidades de Cambiemos?

—Y, se dieron muchos factores favorables a nosotros…

—Mencionó a Aníbal Fernández.

—Florencio, Aníbal, la interna con Julián Domínguez que terminó mal. En un momento parecía nosotros le hacíamos la campaña al otro lado. Se dieron muchas circunstancias. Cristina cada vez más cerrada, más soberbia, todo el día en cadena para imponer, no para seducir. Todo eso jugó a nuestro favor.

Emilio Monzó: “Las hegemonías de hoy pueden diluirse de un día para otro”
El armador de Cambiemos consideró que “la política empieza a ser un espectáculo que se consume” y anticipó que los períodos dominantes de cada partido serán cada vez más breves.
—Entremos en el país. El gobernador de Tucumán, José Manzur comparó a Cristina Kirchner con ISIS y dijo que es un tigre de papel. ¿Usted cree que se está subvaluando el futuro de Cristina? Antes dijo que ésta será su última elección como estrella fulgurante. Una cosa es ser estrella fulgurante y otra quedarse con el 15 o 20% de los votos de la Argentina.
—Creo que su expresión es una expresión de un peronista que salió muy sólido de esta elección, ganó bien en Tucumán y querrá ser líder en el grupo de gobernadores. Es el peronista ‘cojudo’. Fue más para decir “¡Acá estoy yo!”.

— Está pidiendo pista.
—Claro. Tiene una personalidad más componedora, pero con esto quiere ganar en autoridad para lo que se viene, que no tengo dudas será la Liga de Gobernadores: Urtubey, Uñac, Manzur. Hay un espacio vacío que ellos ocuparán. Quizás la estrategia comunicacional confunde a Cristina como algo mucho más grande.

—¿Usted cree que ella se quedará con un porcentaje de votos más o menos permanente, como un partido testimonial de 10 o 15%?
—Terminará siendo un partido testimonial y lo será por los próximos cinco o seis años. Principalmente en la provincia de Buenos Aires. A nivel nacional, tardará en alcanzar 10 puntos. Pero cuando haya un ballotage, habrá que mirarla de reojo: podría ser la gran e
lectora que defina una elección presidencial.

—¿Ve  al peronismo unido en la próxima elección? Porque si ella es electora…
—Veo muchos referentes peronistas en condiciones de armar algo. Veo muchos peronistas y no peronistas, dirigentes que si se unieran tienen la masa crítica suficiente para ser una alternativa electoral en este país. Veo figuras interesantes en ese sentido, sin Cristina. No la veo jugando a Cristina, veo más a los intendentes del Gran Buenos Aires con un proyecto nacional diferente.

—Urtubey quedó posicionado como potencial candidato para el 2019, ¿Es mejor que otros peronistas?
—Mejor que otros peronistas sí. ¿Hay otros peronistas posicionados? También. Pero creo que hoy Juan Manuel irá en primera línea cuando decida caminar el país. Arranca entre los que conducen esta nueva posición para 2019.

—La derrota de Juan Schiaretti en Córdoba, ¿cómo supone que se va a metabolizar en el conjunto de los gobernadores? ¿Imagina a De la Sota tratando de sumar a Massa con los gobernadores, o cree que De la Sota cumplió un ciclo?
—Creo que aunque haya tenido dificultades en esta elección, Schiaretti no deja de ser un muy buen gobernador. Ha sido una persona generosa con nosotros, ha colaborado en las votaciones más importantes en este Congreso, el peronismo no puede prescindir de una figura como él. Pese a la derrota será muy importante en esa Liga de Gobernadores.

— ¿Y De la Sota?
—Bueno, es como dejar el fútbol a los 40 años y querer volver dos años después. Es imposible, ya se retiró. Está grande para agarrar de vuelta. Lo imagino aportando, porque es muy inteligente en el armado. Pero no conduciendo.

—Más o menos un tercio de los votos es lo que obtuvo Cambiemos en todo el país, ¿Es suficiente eso para construir una alternativa perenne, para construir una gobernabilidad clara o es necesario sumar otros consensos?
—Bueno, no sé cuánto más votos podría obtener un partido político en el mundo. Es difícil. Las demandas son muy específicas. Antes los discursos eran más abarcativos. Hoy las necesidades son específicas y cada vez habrá más alternativas para las diferentes demandas. No sé si volveremos a ver esos números, salvo en un ballotage. 

Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe: cómo vivir la política territorial
— ¿Por qué no hay un gran Córdoba? Recuerdo haber dado una conferencia allí el año pasado y me llevaron a recorrer los alrededores en helicóptero. Lo que se veía claramente era que Córdoba tenía un conurbano con menor pobreza que el bonaerense o el de Rosario. Se me ocurre que una de las particularidades que diferencia a Córdoba y unifica el conurbano bonaerense con el de Rosario es que la capital de Santa Fe y de Buenos Aires, no están allí mismo. En el caso de Buenos Aires, es el conurbano de una ciudad y su gobernador no es el Jefe de Gobierno de esa ciudad; en el caso de Santa Fe está en Santa Fe, no en Rosario. Quizás ahí haya un punto en común que le dé fortaleza al gobernador de Córdoba y no, en la misma proporción, al gobernador de Buenos Aires o Santa Fe.

—Sí, puede ser. Pero en el gran Córdoba el cordón industrial está afuera del gran Córdoba. Acá el primer cordón industrial se viene al conurbano bonaerense y después sufre las consecuencias de no poder sostenerse. Puede también puede haber una diferencia en cuanto al desarrollo.

—Pero no debe ser un punto menor tener al gobernador ahí. Usted ha dicho que los gobernadores de Córdoba siempre han tenido una impronta sobre el lugar que no han tenido ni el de Buenos Aires ni el de Santa Fe.

—Creo que el de Buenos Aires es el más agravado, porque esta provincia desde que se incorporó a la Argentina, los bonaerenses, y me incluyo, miramos siempre con mayor atención a quien gobierna el país que al que gobierna la provincia. Los bonaerenses creemos, especialmente en el conurbano, que nos gobierna el presidente y lo hacemos responsable de todos los problemas, mientras que hacemos responsable de todos los aciertos al intendente. De ahí que los candidatos surjan de la ciudad de Buenos Aires o sus alrededores.

—Emilio, pocas personas conocen la provincia de Buenos Aires como usted y, casualmente, estuvo callado durante estos meses de las PASO. ¿A qué obedece que siendo usted el mayor experto en el lugar donde se jugaba la gran elección, no apareció?

—Soy poco conocido públicamente, y tengo opiniones, en algunos casos, distintas. Tuve que pensarlo muy bien en algún momento, por la prudencia a la que me obliga el cargo de presidente de la Cámara de Diputados. Pero sí, he tenido diferencias importantes en cuanto a la política a implementar en la provincia de Buenos Aires. La gobernadora decidió prescindir de la colaboración que uno podía prestarle. Por supuesto que lo entiendo. A veces parte de la seguridad, parte de la identidad, es que te observen como la responsable de las políticas a implementar, sin compartir con nadie esa responsabilidad.

Emilio Monzó: “A Massa le falta estabilidad”
El presidente de la Cámara de Diputados analiza la campaña electoral del frente 1País. Qué piensa de la alianza Massa-Stolbizer.

—Usted piensa que Cristina obtendrá más votos de los que tuvo, en parte también por Randazzo.

—Sí, no muchos, pero más. Para mí es casi piso y techo, donde están. Mi duda es Massa, porque es el que tiene un electorado más volátil.

—¿Ahí cómo sería?

—Massa sigue siendo un actor importante. Tuvo 15 puntos, aunque yo lo imaginaba cerca de los 20. Pero ese 15 es un número complicado hoy, al tener un voto menos cooptado por el Estado. Es un voto más pensante, un voto que, con tanta paridad, puede optar por Cambiemos, pese a sus diferencias, para que no gane ella. Esta coyuntura y la grieta hacen que la vereda del medio se diluya. Queda un pasillo y la gente se inclinará para uno u otro lado.

—Lo ve al votante de Massa más cerca de Cambiemos.

—Lo veo más cerca de Cambiemos, sí, desde todo punto de vista y por la figura que lo acompaña. Ha sido una elección muy femenina. El testimonio moral en una mujer es muy creíble y ha sido Lilita la gran figura. Cristina desde otro punto de vista y Margarita Stolbizer, que le da un tinte cercano a lo que se vota a través del PRO: el pasado de la corrupción versus el presente y el futuro de la honestidad. Creo que el voto que no pudo captar Margarita puede inclinarse, en última instancia, a Cambiemos.

—¿Le sumó algo Margarita a Massa, o le restó, como dicen algunos?

—No le restó. Para mí fue una suma de la imagen de los dos.

—Ni se restaron ni se sumaron.

—Exacto. Se diluyó en las dos figuras, toda la calidad que tienen ambos.

— ¿En qué se equivocó Massa?

—Lo que le falta a Sergio es estabilidad. Sergio es un militante como pocos, pero en esto la estabilidad emocional juega mucho. La gran diferencia de las tres opciones presidenciales anteriores la marcó la estabilidad emocional. Mauricio es más sólido que los que compitieron con él. Si bien Scioli la jugó de sucesor, que es una situación cómoda.

— Sí, algo natural.

—Scioli era sucesor y el otro un conquistador. Pero con estabilidad emocional para los momentos difíciles. Yo lo he visto a Mauricio en momentos muy difíciles no doblegar su estrategia. Eso le da una imagen de estabilidad, por más costos que pague. En cambio a Massa lo he visto cambiar 180 grados su posición. Lo hizo muchas veces y esta inestabilidad hace que para la gente ya no sea creíble.

—Para el 2019, ¿El planteo de Massa será no competir en el fondo con Randazzo para ver quién de los dos termina siendo el referente del peronismo bonaerense?

—Yo, en su lugar, haría una pausa. Esperaría. Por supuesto no saldría de los
diálogos, las conversaciones. Pararía para observar con más profundidad los hechos.

—Esa pausa fue la que hizo que Mauricio Macri no sea candidato presidencial y volverse a presentar como Jefe de Gobierno de la ciudad, ser re electo y eludir esa elección de 2011.

—No, eso fue producto de la viudez de Cristina. Pero Mauricio está siempre preparado para la pausa, no la fuerza. Es una persona que hasta por su carácter necesita previsibilidad. Es ingeniero, necesita orden. Necesita la estrategia. Mauricio no es tan hábil en la táctica, pero es contundente en la estrategia, y en las elecciones gana la estrategia por sobre la táctica. Fueron dos tácticos frente a un estratega y ganó el estratega. Esa es la gran ventaja de Macri.

—¿Margarita se equivocó al hacer una alianza con Massa?

—No lo sé. Yo la aprecio mucho, me parece un cuadro político muy interesante y deseo que no se pierda. Ojalá sea protagonista de la política argentina, en algún lugar.

—Así como usted había propuesto sumar dirigentes peronistas el año pasado, ¿Stolbizer no hubiera sido alguien más cercano a Cambiemos que al Frente Renovador?

—¿Y usted cree que no le hablé?

—¿Qué pasó, entonces, con Margarita?

—Fue de las primeras personas que busqué para hablar, pero bueno, hubo determinadas circunstancias…

—Si Margarita era una persona para sumar a Cambiemos, intuyo que, si ella fue de las primeras personas con las que habló, volverá a hablarle.

—A mí me gustaría recuperarla. Hablé con Lousteau y con Margarita. Porque les podían hacer un aporte al país. Y sigo pensando lo mismo de los dos.

Monzó analiza qué influencia tendrá Cristina en el Senado si es electa
En una entrevista con Jorge Fontevecchia, el presidente de la Cámara de Diputados se refirió a los resultados de las PASO y la posible influencia de la ex presidenta en la Cámara alta.

—¿Es mejor para el gobierno que Cristina Kirchner sea electa senadora o que, eventualmente, se quede en Calafate, o presa? Siendo senadora puede dividir el Senado. ¿Qué opina usted?

—No, a mi criterio es irrelevante lo que ocurra en el Senado. Creo que lo que viene, tanto en el Senado y Diputados, es una reforma, no tanto cuantitativa sino cualitativa. En cuanto a lo cualitativo, Cristina es alguien que fue presidente de la Nación, que tiene una trayectoria muy importante en ese cuerpo y su palabra va a salir de las paredes de esa casa, se van a escuchar en el espacio político. Pero no cambiará ni a alterará el número que hoy hay conformado, o referenciado con los gobernadores. Mucho más el Senado, donde generalmente el senador nacional viene con el objetivo, de amparar a su gobernador. La naturaleza de ese cuerpo es tan sólida que es muy difícil que una figura, por más resonante que sea, como es el caso de Cristina, cambie ese espíritu. En Diputados sí se va a notar un cambio porque ella tiene un bloque importante que se referencia en ella a nivel nacional y es la estructura política del kirchnerismo. Hoy esa referencia es solamente en la provincia de Buenos Aires, por lo tanto los nuevos diputados nacionales no son sensibles a la influencia de Cristina, sino que responden en forma directa a sus gobernadores. Ese es el cambio cualitativo. Un cambio que le permitirá al gobierno tener bloques más homogéneos. Imagino un bloque justicialista referenciado en los gobernadores. Imagino un bloque de 30 o más diputados nacionales, y más cien de Cambiemos. Ahí está la semilla para el gran acuerdo político en estos próximos dos años. La herramienta que produzca los cambios estructurales que necesita el país.

—Usted dice que dentro de esta casa es lo mismo que esté o que no esté a los fines de lo que van a terminar haciendo las alianzas, tanto para la votación de los diputados como la de los senadores.

— Sí, internamente sí y externamente también me animo a decir que esta elección de Cristina Kirchner es, a mi manera de ver la política, la última elección suya como estrella fulgurante. Creo que el kirchnerismo llegó al límite. Ahora habrá una renovación, después veremos si es peronista o no es peronista, pero que surgirá de los gobernadores.

— ¿La estrategia del gobierno fue minimizar sus posibilidades de triunfo, y con ese planteo generar la expectativa de manera que un empate sea visto como un triunfo?

— Creo que puede haber sido una estrategia, no lo tengo como algo cierto, pero…

—En mayo usted dijo que iban a sacar el 35% en la provincia de Buenos Aires, que es lo que sacaron.

—Sí, porque hice una cuenta que tiene una parte de rigor científico y una parte de observar elecciones anteriores. El gran triunfador fue Mauricio Macri y sus políticas. ¿Por qué? Porque sus políticas económicas han afectado positivamente a todo el sector productivo de la Argentina, incluido el interior de Buenos Aires. Más que hacer ese mapa geográfico-político, destaco lo que tiene que ver con el impacto en la producción, donde vemos ese interior bonaerense, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Entre Ríos, que responden a las políticas de Mauricio con un resultado electoral con mucha distancia sobre el Frente para la Victoria. ¿Por qué el 35%? Porque en el conurbano bonaerense no hemos hecho ninguna política para cambiar el resultado que obtuvimos en 2015. He visto comparaciones forzadas que hacen con las PASO de 2015 y eso es un error. Las PASO en Argentina no existen como tal, porque no existen los partidos políticos. Son una previa a la elección general.

—No son internas.

—No son internas. Señalan quiénes van a estar en mejores condiciones para la general. Los partidos políticos ya no existen, entonces lo que existen son las figuras. El hecho contundente es que al P.J., el partido histórico y dominante de la Argentina se le va la figura principal y queda un partido político prácticamente vacío, que forma un espacio nuevo en tres meses y tiene este resultado electoral.

—Es decir, la estrategia era minimizar, y usted siempre pensó que iban a ganar.

—Esto es muy fácil de dividir. El conurbano se divide en dos secciones electorales, la tercera y la primera. La tercera es la zona sur, la zona imbatible del peronismo, donde han hecho una política clientelar sostenida durante los últimos 30 años, donde hubo, más que sensibilidad social, sensibilidad electoral. Está muy bien trabajando. Lamentablemente es donde la gente más necesita y es donde se ha mentido en pos del resultado. Porque si hay en un lugar donde no existe el ascenso social en la Argentina es justamente allí, donde tienen su núcleo fuerte. Dije en su momento que el kirchnerismo abusó de las falencias que hoy tiene el capitalismo a nivel mundial, y ha hecho una orgía de consumo en la gente. Pero esa gente que pudo consumir un televisor, un celular, una zapatilla que es simbólica en cuanto a la identidad como ascenso social, está sin cloacas, sin pavimento, sin transporte, sin salud y sin educación. Esto fue lo que pasó.

—Lo mismo que pasa en el conurbano bonaerense pasa en el conurbano de Rosario.

— Sí.

—Por lo cual termina teniendo Rossi casi la misma cantidad de votos que Cristina. Puede ser un problema estructural de los conurbanos.

—Es un problema estructural de los conurbanos y es un manejo político. Es la periferia. Se han abusado de esa periferia con los criterios que acabamos de describir, no solo acá, en el norte argentino hay mucho de esto, en el gran Rosario también

Emilio Monzó: «El peronismo desapareció, no existe en el país»
En una entrevista exclusiva, el presidente de la Cámara de Diputados analiza dónde va el peronismo post-PASO.

— Cuando el año pasado usted dijo que Randazzo era uno de los dirigentes que usted respetaba, en lo que supuestamente podí
a ser una tácita invitación a sumarse a Cambiemos, Randazzo respondió: “No me voy a hacer puto de grande”. ¿Le llamó la atención esa manera de calificar el pase de del peronismo a Cambiemos?

—No me llama la atención la frase. Yo lo dije por una filosofía conceptual del armado de Cambiemos que cambió en el momento del triunfo y ha sido mi tema de discusión todo el año pasado. A mi criterio, y mucho más con el gradualismo inteligente que hizo el gobierno durante su primer año, lo que correspondía era ampliar el capital político para que el día de mañana podamos asegurarnos las reformas estructurales. El peronismo el año pasado estaba aturdido.

— Desconcertado.

—Exacto. El haber transitado tanto la provincia, me permite tener un conocimiento biográfico de casi todos los actores, como ellos lo tienen de mí. Me daba cuenta, olfateaba, que había posibilidades de ayudar a un armado alternativo al kirchnerismo porque no veía cómodo a los intendentes: Cascallares, Insaurralde, Katopodis. Ellos tenían la intención de armar una alternativa más prudente, menos…

— Más republicana.

— Menos sesgada ideológicamente. Pero había que ayudar a que eso se arme y esto es lo que pedí en el primer semestre y lo pedía a gritos, porque me daba cuenta que si eso se hacía en el momento más alto nuestro, podíamos tener consecuencias favorables al año siguiente. Ahora miro las elecciones y corroboro esa teoría. Pero bueno, no ocurrió.

—¿No cree que, en realidad, desde una estructura de pensamiento, o si usted quiere, de marketing electoral, querían dejar “viva” a Cristina Kirchner?

—No. Trataré de hablar con la mayor sinceridad. No existía, nunca existió la estrategia de una Cristina vigente, no estaba en la sensación de la sociedad ni en la política de Cambiemos. La estrategia el año pasado era que, con buena comunicación, con caras nuevas y un cambio económico que llegaría en el segundo semestre, no iba a haber inconvenientes.

—En ganar las elecciones.

—En ganar, sí. Este fue el criterio, y esta fue la contestación que tuve cuando hacía el reclamo. Creo que esos intendentes municipales van a buscar un espacio nuevo, porque son de la generación de los 50 años, quieren un país distinto, son dialoguistas. En estos dos años debemos proyectar, con esos intendentes, un cambio estructural en el conurbano.

—Usted plantea dos dimensiones: una, contribuir a que el peronismo de la provincia desarrolle una línea más parecida al peronismo del interior, en consonancia con los gobernadores, distinta del kirchnerismo. Por otro lado, los que podrían, incluso, pasarse a Cambiemos. ¿Usted cree que Randazzo, habiéndose quedado con el sello del PJ y teniendo el dinero de la campaña publicitaria gratuita que le delega ese sello, quedará en posibilidades de construir algo distinto en la provincia de Buenos Aires, que sea parecido a lo que imaginaba apoyar el año pasado, o está, por lo poco que obtuvo en estas elecciones, como para quedarse en el camino?

—Puede hacerlo, cómo no. Tiene que saber que es un tránsito de menor a mayor. Él fue de mayor a menor, abruptamente. Si yo estuviese en la oposición me plantearía un proyecto a seis años. Tendría eso como base. Pero también él debe ampliar y no basarse en una estructura donde ya los partidos tienen menos razón de ser. Tiene que sembrar con amplitud, un nuevo espacio. Florencio arranca bien parado. Pero el Estado te hace muy táctico y menos estratégico porque vos tenés las herramientas para la táctica y perdés estrategia. Florencio quedó con un perfil muy táctico. El peronismo, él, tienen que plantearse una estrategia. El peronismo desapareció, no existe en el país. Se metió adentro del estado y se olvidó del partido. Si alguien cree que solo por ser peronista tiene chances de volver al gobierno, está lejos de poder hacerlo.

—Lo que usted dice es que Randazzo, en la provincia de Buenos Aires es más que el sello del PJ.

— Hoy sí, es más Florencio. Cristina hizo un desastre, dijo: “No quiero al PJ” y chau. Si le sacan a Randazzo, les queda Ishii o Espinoza, que es el presidente. No existe más como partido. No lo pueden sostener.

— ¿Corre riesgo Randazzo, dado algunos intendentes, como Zabaleta de Hurlingham o Katopodis, de San Martín, toleraron perder las PASO y perder en sus distritos, que para octubre lleven adelante algo diferente, que se corran y que Randazzo se quede sin nada?

—Puede ocurrir, sí. Porque para sostener un distrito como San Martín o Hurlingham, hasta el propio Florencio debe entender que nadie dudará en hacer un delivery de boletas si debe sostener su municipalidad. Eso es una dificultad grave que tendrá Florencio en esta elección.

—¿Cristina puede correr algún riesgo, aunque en menor proporción, de que al ver que no obtuvo el triunfo que se esperaba, por 10 o 6 puntos, pueda haber intendentes que en octubre jueguen diferente?

—No. Su fortaleza en el conurbano va a estar intacta. Los intendentes más importantes, de correrse, creo que pueden estar beneficiados en parte por lo que le acabo de describir sobre de Florencio. Que corran votos hacia Cristina, que sumará algunos puntos más, producto de las circunstancias.

—Usted piensa que Cristina obtendrá más votos de los que tuvo, en parte también por Randazzo.

—Sí, no muchos, pero más. Para mí es casi piso y techo, donde están. Mi duda es Massa, porque es el que tiene un electorado más volátil.

 

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