Hasta siempre Gallega Román!

Es extraño que un diario escriba unas líneas despidiendo a una lectora, más que despidiendo sabiendo que desde ahora, donde quiera que esté siempre nos va a poder leer, es una forma interesante de consolarse: pensar que tras la muerte esa persona está más presente que siempre.

No tuvimos un trato en profundidad con la Gallega Román, pero las veces que conversamos  fueron charlas tan ricas, como únicas y divertidas.

Quien escribe estas líneas recuerda el momento en que la conoció, en un ambiente no relacionado con la política. Ella en una punta de un pasillo, TEJEDOR NOTICIAS en el extremo opuesto. “¿Así que vos sos TEJEDOR NOTICIAS? Me encanta lo que hacés, y seguí adelante a pesar de todo. No coincido en todo pero es genial. Seguí adelante”, palabras más, palabras menos es los que nos dijo la “gallega” en ese primer encuentro que duró varios minutos.

No hemos conocido tanto a Graciela Román como para poder despedirla y honrarla como se merece, pero encontramos un

estado de Ana Aldabe que nos parece oportuno transcribir:

“Y se fue nomás la Gallega. Increíble. La imagino allá arriba charlando con Saramago, con Borges, ¿por qué no desgarrando historias de amor con Alfonsina?, discutiendo con Marx (con Charles y con Groucho, obvio). Cómo quisiera estar ahí cuando lo encuentre a Heródoto, a Virgilio, a Cortázar, a Roberto Arlt y a tantos más…
Es triste pero no puedo dejar de sonreír recordándola. ¡Qué personaje la Gallega!
«Viste como es la Gallega», siempre que hablamos de ella, esa es la frase. Porque es diferente, porque no es como nosotros, como los que somos el resto. Porque te cuenta sus partos y se te caen las lágrimas de la risa con solo imaginar la cara del médico cuando le hacía planteos que solamente a ella se le podían ocurrir. Porque me acuerdo la cara de los chicos cuando ella les habla con su inconmensurable vocabulario, tan rico, tan increíble y los chicos no entienden nada, pero quedan mudos igual.
Porque así ES la Gallega, porque semejante huracán no se va a ir así nomás, siempre va a estar.
¡Qué suerte tienen hoy los de allá arriba que la están recibiendo! ¡Qué mala suerte tenemos los que nos quedamos acá! ¡¡Nos dejaste con ganas de seguir escuchándote, admirándote y riéndonos con vos, Galle!!”

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