Era totalmente esperable. Pasaron casi dos años sin que nadie venda una casa social del barrio bicentenario, pero cuando en el verano se vendió la primera y nadie dijo nada (es más parece haber una competencia entre los políticos por quien se lava más las manos), era cuestión de tiempo que se venda otra.
En síntesis: una nueva vivienda del barrio bicentenario de esas que Raul Opel se encargó de decir (está el audio) que no se podía vender, prestar ni alquilar, se vendió.
Gianini dice que pidió al Instituto de la Vivienda que intervenga pero nadie le cree. Sería muy interesante conocer qué pidió, cuándo hizo el pedido, ante quien, y no estaría mal que lo vuelva a realizar en forma escrita. En tantos los concejales sorprenden con sus argumentos para no entrometerse cuando podrían, al menos, aprobar una
resolución informando o pidiendo información al Instituto de la Vivienda. Y ningún medio de DEScomunicación dice algo al respecto.
Dicen que es necesario que alguien haga la denuncia para que el Instituto de la Vivienda actúe.
Cuando los políticos (de todos los partidos) en pocas semanas le lleven la boleta, pregúnteles por este tema y prepárese para escuchar las excusas más maravillosas del mundo. Para que una persona venda una casa social primero tiene que haber alguien que mire para otro lado. (En Cuenca ya hay chiste respecto a cuándo se van a poder vender las casas que actualmente se están construyendo)
“No hay dos sin tres”, dice el dicho. ¿Se viene la tercera? VIVA LA JUSTICIA SOCIAL.
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